Nos alegra comunicar que la Colegiata de San Miguel ha obtenido la consideración de BIC.
Sin duda, el papel jugado por Antonio Font de Bedoya resultó decisivo para la supervivencia de este templo, que fue bombardeado en la guerra civil. Después de realizar en una primera fase intervenciones urgentes para mantener su estabilidad, años más tarde hubo de actuar tanto sobre las bóvedas como en la torre, muy dañadas tras la contienda.