Las piezas cuya recuperación hemos fomentado, fueron seleccionadas para ser exhibidas en la muestra RENACER, organizada para celebrar el VII centenario del comienzo de la parte gótica que constituye la zona superior de la catedral de Palencia, pues bajo ésta se encuentra lo realizado siete siglos antes, en etapas visigoda y prerrománica.
Sarcófago de la Reina Doña Urraca
El sarcófago de la reina Doña Urraca, la Asturiana (1133-1179), esposa del rey navarro García Ramírez, se encuentra instalado sobre una repisa situada a 5 metros de altura en la Capilla del Sagrario de la catedral de Palencia donde al parecer se colocó en el siglo XVI, mudando entonces su posición anterior, que lo mostraba de modo exento.
Aunque muy dañado por el paso de los siglos, elegimos esta pieza por su singularidad, encomendando su recuperación a la restauradora Natalia Martínez de Pisón.
Constituido por una caja de madera de planta ligeramente trapezoidal que mide 200 cm de largo, va totalmente decorado con pinturas realizadas al temple graso y algunos detalles en lámina de oro fino aplicado al agua.
La iconografía representada se repite en los cuatro costados de la caja: el escudo con corona real, dividido en cuatro cuarteles con castillos almenados y leones rampantes, sostenido por una pareja de ángeles tenantes. En la cubierta, sobre el plano inclinado correspondiente a lo que sería el frente principal de la caja, se lee: Hic Requiescit Domina Urraca Regina Navarrae Uxor Domini Garciae Ramiri Regis Navarrae Quae Fuit Filia Seressimi Domini Alfonsi Imperatoris Hispaniae Qui Almeriam Obtinuit. Quae Obiit XII Octobris Anno Domini MCLXXXIX.
Tablas de los Evangelistas, Juan de Villoldo
La catedral de Palencia conserva cuatro pequeñas tablas (41 x 32 cm aproximadamente) representando a los Evangelistas y otras dos más, una mostrando a Santa Ana, la Virgen y el Niño y otra a San Andrés- que debieron pertenecer al mismo conjunto.
Todas ellas muestran las características de un pintor buen conocedor de Alonso Berruguete. Son obra de Juan de Villoldo (c. 1516-1562) y seguramente formaron parte de los retablos de la Purificación y la Transfiguración que el pintor se comprometió a realizar en 1559
Estas seis pequeñas pinturas han llegado a nuestros días pero, a pesar de su destacada calidad, pasaban totalmente desapercibidas dentro del conjunto catedralicio, pues habitualmente se encuentran instaladas a bastante altura, por encima de la sillería en la fachada sur del coro, afrontadas al órgano. Por ello se exponen ahora, temporalmente, de manera que puedan observarse sus detalles, tal como sería deseable atendiendo a sus reducidas dimensiones.
Las cuatro pinturas presentaban daños por intervenciones inadecuadas y manipulación destinada a conseguir un mayor tamaño para regularizarlas tras ser desmontadas de su colocación original, aspectos todos que han quedado corregidos con la actual operación de consolidación y limpieza realizada también por Natalia Martínez de Pisón.