Esta clase de paredes y tabiques se realiza formando una trama en la que apoyen los revocos de tierra o de otros materiales.
A.- Tramas flexibles
En España es muy común el empleo de ramas flexibles que se tejen con distintos diseños, según las zonas, formando una malla en la que las varas constituyen paneles de cestería que son sujetados a los elementos portantes, sean rollizos anclados en el suelo o formen la estructura de un entramado, en la que se insertan con una función puramente de cierre.
Pueden ir simplemente atados con vegetales largos, las bilortas, a los elementos verticales que los sostienen, los ripiones, o estar clavados a ellos.
Se denominan generalmente encestados, pero se conocen también bajo los términos locales de sieto, seto, costanilla, ezia, vara y bejuco o zarzo.
Cuando el tejido forma zig-zag se denomina lamprea en la zona más occidental de España.
Son muy empleados en toda la franja norte, desde Galicia a Cataluña, tanto para cerrar piñones y pisos altos como para realizar divisiones interiores, es decir, tabiques, palabra de origen árabe, tabich, que quiere decir, exactamente, pared tejida.
Además, en muchas áreas, forman los tejidos que sustentan la torta de barro sobre la que se asientan las tejas que rematan las cubiertas.
En la comarca Pinariega, que se extiende por las provincias de Burgos y Soria y, en general, donde abundan el enebro o la sabina, se prefieren sus ramas a las de avellano, mimbre, sauce y otras varas más flexibles pero menos resistentes que se usan en las zonas septentrionales de la Península.
Francés: Torchi à clayonnage
Inglés: Wattle and Daub
Alemán: Flechtwerk.
B.- Tramas rígidas
Las paredes construidas con listones, varillas o redondos delgados se denominan muro de listón, pared de dujo, emparrillado, verganazo, tabique de cuje y embarrado, estaqueo, postillat, estanqueo, pared francesa y chamizo, siendo éste un entramado ortogonal de cañas o ramas, cuyos vacíos se cierran con fragmentos de barro.
En Uruguay se denomina fajina, algo muy diferente al significado original en construcciones militares.
En España se extienden desde la costa atlántica hasta más al Este del Valle de Arán.
Además son muy abundantes en toda la Península los trabajos realizados con cañas, los encañizados, tanto para formar sofitos como paneles verticales con los que separar habitaciones o cerrar hastiales.
Para construir las tramas rígidas se clavan o atan estos elementos no flexibles al armazón portante, tal como se hiciera en el caso de los encestados.
Estos armazones pueden ser sencillos o dobles, englobando entonces un espacio interior que suele colmatarse con productos derivados de la actividad agrícola, ganadera o constructiva. Paja, mazorcas, corteza, corcho, ramas de poda, leña menuda, lana, cascotes, cantos rodados, restos de piedra procedentes de tallar este material, residuos de teja o ladrillo, son mezclados con tierra para llenar el vacío existente entre los dos tabiques que también puede llenarse con adobes.
Son la base de la palla-terra gallega, que recibe, como indica su nombre, una mezcla de tierra y caña de cereal, muy aislante.
Hay una variedad de emparrillado, muy abundante en grandes zonas norteñas, que sobrepone a las varillas horizontales una malla de largos tallos de centeno, dispuestos verticalmente abrazando alternadamente los barrotes, que se cubre posteriormente con barro y se remata con una lechada de cal, lo que procura una eficaz protección al panel insertado en los vacíos de los entramados y balcones.
Francés: Torchi latté
Quinchas y Bahareques
Especial importancia tienen para nosotros los sistemas utilizados por las culturas andinas antes de la llegada de los españoles, que los agregan a su repertorio.
La palabra quechua quincha, que significa algo como separación tejida, va designando, con el paso del tiempo, uno de los sistemas de construcción más eficaces a la hora de realizar arquitecturas monumentales o populares en las zonas de riesgo sísmico.
Se construye un armazón en el que se clavan los elementos que forman la trama, generalmente caña o listones, que también pueden ser atados con tiras de piel fresca, la huasca, usada en los tiempos más antiguos.
Con los paneles formados se levantan las partes altas de los edificios, sean éstas bóvedas, cúpulas o simples muros, cuya base suele estar formada por adobes.
Así están construidos muchos notables edificios como la catedral de Trujillo o el Palacio limeño de Torre Tagle.
La eficacia de estos edificios a la hora de resistir los terremotos sin derrumbarse hizo que la Corona de España los hiciera de obligado cumplimiento en las construcciones con más de una planta.
Hay importantes arquitectos peruanos que utilizan profusamente la quincha, como vemos en las obras de Diego Maroto o Juan Rehr.
El término quincha se usa sobre todo en la zona andina mientras que en el área limítrofe con el Atlántico esta técnica se conoce como bahareque.